La quiropraxia beneficia a todos los aspectos de la habilidad de tu cuerpo para funcionar mejor. Esto se alcanza manteniendo un rendimiento óptimo de tu sistema nervioso. Un apropiado flujo nervioso es de vital importancia para asegurar que todas las partes de tu cuerpo, incluyendo el sistema reproductivo, estén funcionando adecuadamente.

La columna y la pelvis de la madre experimentan muchos cambios y adaptaciones para compensar el crecimiento del bebé y el cúmulo de“subluxaciones’ interferentes a su sistema nervioso se incrementa.

Estas subluxaciones en su columna y pelvis son propensas a causar un desbalance en los músculos y ligamentos de su pelvis. Esto afectará directamente la manera en que el útero será contenido. Un apoyo de ligamentos desigual torcerá al útero reduciendo el máximo espacio para el bebé en desarrollo. Mas aún, estas limitaciones en los movimientos del bebé durante el embarazo pueden evitar que el o ella puedan alcanzar la mejor posición para el nacimiento. La mala posición del bebé lleva a un trabajo de parto más largo y complicado. A menudo, se recurre a la cesárea y tanto la madre como el bebé pierden los beneficios de un parto natural simplemente porque la columna y la pelvis estaban desalineadas.

Un quiropráctico utiliza sus manos para localizar, analizar y corregir subluxaciones en la columna y pelvis. Utiliza sus manos haciendo un ajuste suave y específico en la columna. Esto permite que la naturaleza tome su curso y el bebé pueda moverse a la posición adecuada para el nacimiento.